sábado, 23 de noviembre de 2019

JARDINERA POR VOCACIÓN

ENTREVISTA DE EQUO A MAR TORNERO, 
JARDINERA URBANA


A veces, al fijarnos en los miembros  de un equipo de jardinería trabajando en el mantenimiento de los parques y jardines de nuestra ciudad, llama la atención la presencia entre ellos de una imagen femenina, algo poco habitual, pues no tenemos costumbre de ver a mujeres desempeñando esta función, tradicionalmente reservada a los hombres.
En una ocasión, cuando estaba realizando su trabajo, se le acercó una señora, muy sonriente, y le dijo; “Oh, mira, ¡qué bonica, con esa máquina!” a lo que ella le respondió: “Qué bonica, no, señora; qué profesional”
Mar es jardinera por vocación, por herencia y por influencia. La genética siempre ha sido un importante y decisivo factor en una temprana afición que para ella suponía un espacio de ocio y de recreo al que las mujeres de su familia, que le transmitieron el “amor al verde” la inclinaron.


M.- Mi casa parecía un invernadero por dentro y un vergel en los espacios exteriores. En mi familia me mostraron siempre el goce y disfrute de los espacios verdes, tanto urbanos como naturales. Árboles, arbustos, flores… paisajes vivos y cambiantes han formado parte de mi niñez y mi juventud. El amor por lo vegetal fue lo que me dirigió e inició en la jardinería como profesión.

E.- Sin embargo, tu orientación profesional no fue la jardinería, inicialmente, ¿no es así?
M. Así es. Mi formación fue empresarial y administrativa. Y en ese campo comenzó mi experiencia profesional, hasta que en una de las varias crisis que nos ha tocado vivir, me encontré en el paro y consideré que era un momento ideal para cambiar el rumbo de mi vida laboral, pero  al estar mi formación académica dirigida a otros asuntos, tuve que formarme, con cuarenta años ya cumplidos, a través de unos cursos que ofrecía el SEF, muy completos, y eminentemente prácticos.

E.- ¡Menudo giro diste a tu vida!
M.- No supuso un cambio demasiado brusco. Yo tenía conocimientos, ya que en mi tiempo libre mantenía una finca agrícola de mi propiedad…  casi diez mil metros cuadrados en los que me dedicaba al cultivo de frutales, al trabajo en el huerto y a los jardines… así que estaba plenamente familiarizada con la maquinaria y las herramientas necesarias, la utilización de abonos, la gestión de arboleda… me sentía preparada para desarrollar labores de jardinería a nivel profesional. Además, con la intención de mejorar el currículo y completar conocimientos, realicé otros cursos que ofrece el Centro Integrado de Formación y Experiencias Agrarias de Torre Pacheco.


E.- Como mujer, supongo que te habrá costado mucho trabajo abrirte camino en este mundo.
M.- Pues sí. Como mujer, tuve unas cuantas dificultades para introducirme profesionalmente. Vivimos en una región en la que aún no está muy asumido que una mujer se dedique a esta profesión, tradicionalmente desarrollada por hombres. Somos muy pocas las que nos lanzamos a hacer de esta labor nuestro medio de vida. Me encontré con empresarios que me negaban la oportunidad de trabajar para ellos al considerarme incapacitada físicamente.  Finalmente un empresario de la ciudad de Murcia, dedicado al diseño de jardines,  contó conmigo de manera esporádica para la implantación de sus diseños.  Hasta que me llamaron del Ayuntamiento de Cartagena, a través del SEF, ofreciéndome un contrato de 6 meses para Parques Y Jardines.  Al finalizar el mismo me encontré con el escoyo de que la empresa de la Contrata no contaba con mujeres para su plantilla.   Aquí fue donde sí que me rebelé como mujer.  ¡Es una larga historia que podemos dejar para otro día!  El caso es que acabé siendo la única mujer en el Servicio de Parques y Jardines de Cartagena con la anterior contrata, y creo que dejé la puerta abierta para que entraran otras.   Actualmente somos dos, y parece que la nueva contrata mantiene la intención de que seamos más.   Creo que sigue siendo complicado para una mujer dedicarse a esta profesión en una región tan conservadora como la Región de Murcia,  sigue siendo un mundo muy masculinizado y que mantiene muchos prejuicios sobre nuestras capacidades.  Es la propia mujer muchas veces la que se autolimita.  No ha sido fácil, creo que he tenido que pelear y demostrar mucho para que se valore tanto mi compromiso con la jardinería como mi valía para realizarla. 


E.- En la actual situación de emergencia climática que estamos viviendo ¿crees que las ciudades de nuestro país, y en concreto, la ciudad de Cartagena, está estructurada para combatir esta situación? ¿Consideras, desde la perspectiva verde, que es la nuestra una ciudad amable para habitar?
M.- No, en absoluto se ha tomado en serio la emergencia climática en nuestro país.  En la gran mayoría de ciudades se sigue realizando una jardinería que no es respetuosa con el medio ambiente.  Se siguen utilizando abonos químicos, productos fitosanitarios y herbicidas.   Aunque hay una normativa europea para eliminarlos, no existen prácticamente iniciativas encaminadas a rediseñar los modelos tradicionales de mantenimiento de jardines, de ornamentación o de plantación.  Creo que la jardinería, como todo, se ha visto afectada por esta manera general de actuar, buscando más lo inmediato, lo fácil, lo barato, lo cómodo, lo aparente…  En los últimos años se han creado jardines sin ni siquiera preparar los terrenos.   No tienes más que escarbar un poco bajo la superficie de cualquier jardín de los nuevos y comprobar que están llenos de escombros bajo una superficie fina de tierra vegetal.   En un terreno así es imposible una buena salud de la arboleda y de los diferentes arbustos que supuestamente adornan nuestras ciudades.   No se hace con una previsión adecuada, ni amor por la jardinería.  Se busca un resultado que a la larga es efímero.  Tampoco se invierte de manera comprometida en el mantenimiento de los espacios verdes, creo que hay una actitud de desprecio hacia la profesión, sin contar en absoluto con la importancia que tiene un adecuado mantenimiento. 


E - ¿Puede ofrecer la programación del trabajo de jardinería una alternativa racional a la hora de paliar los efectos del cambio climático en una ciudad mediterránea como Cartagena?

M.- Creo que sí.  Es importante estudiar qué tipo de especies son las adecuadas, ateniéndonos a las necesidades de cada una y las limitaciones que nuestros suelos y climas nos imponen, tratando de paliar éstas, con mejoras en el suelo y optimizando los riegos.  Esto es algo que no siempre se tiene en cuenta, y así nos encontramos con fracasos de árboles secos, pobreza arbustiva, gasto innecesario en plantas de temporada, céspedes inadecuados para nuestro clima, etc.  También es necesario contar con personal cualificado, con conocimientos suficientes para abordar las labores de mantenimiento necesarias, y sin interponer siempre las exigencias de “imagen”, de “urgencia”, y hasta de “precariedad”.  Un Ayuntamiento que no invierte lo suficiente en recursos materiales y humanos en algo tan necesario como los espacios verdes sostenibles, siempre tendrá una jardinería mediocre y que desde luego no ofrecerá soluciones medioambientales.   


E.- ¿Cuál es tu opinión sobre la centralización del ornato vegetal en nuestro municipio, es decir, sobre la diferencia entre el cuidado de jardines en el centro y en los barrios y diputaciones cartageneros?

M.- Mi opinión es clara: desde del consistorio se ha priorizado la imagen hacia el que viene de fuera y hacia el que tiene más poder adquisitivo, e incluso hacia algo tan poco confesable como adornar las zonas de paso de algunos responsables políticos.  Imagen, imagen e imagen. Poner bonita la parte de la ciudad que interesa de cara a la galería, y abandonar la periferia ha sido algo sostenido en el tiempo.  


E.- ¿Consideras proporcionado el gasto que se lleva a cabo cíclicamente en plantar y desplantar en relación a los resultados?

M.- A ver…  pretender que una ciudad luzca floreada sin invertir en el mantenimiento adecuado, no es ni razonable, ni exitoso, ni proporcionado.  Tampoco el abuso de planta de temporada.


E.- ¿Árboles, arbustos, flores...? ¿Cuál sería la prioridad en un entorno urbanístico como el nuestro?

M.- Claramente árboles y arbustos.  Y puntualmente flores.   La mayoría de las plantas de flor tienen unas exigencias hídricas y de mano de obra dedicada al mantenimiento que no son sostenibles. Pero desde el consistorio han apostado por la floritura en detrimento de una jardinería de calidad. 

E.- Cada vez que se podan árboles, como, por ejemplo, cuando se hizo recientemente en la calle Ángel Bruna, se oyen, enfrentadas, las voces a favor y en contra. Como profesional de la jardinería, ¿cuál es tu opinión sobre el tema de Ángel Bruna, sobre los cambios, años atrás, en la Alameda, sobre los casos de árboles con raíces invasoras que destrozan el asfalto...?

M.- La gestión de la arboleda en una ciudad no es cualquier cosa.  Es necesario e imprescindible que cuando se acometen acciones de plantación o se proyectan alineaciones de arboleda en calles y avenidas se tengan en cuenta muchos factores, sobre todo técnicos.  No siempre se ha hecho.   Plantar árboles de gran porte a 30 cm de la acera es un disparate que han pretendido solucionar recortándolos y haciéndolos parecer piruletas, algo que es un maltrato al árbol que genera otros problemas por debilitamiento. Desconozco quién o quiénes tomaron la decisión de hacer esas plantaciones. Sobre la Alameda, ha sido necesaria la tala de algunos ejemplares que presentaban pudriciones o riesgo de caída.  Pero esto es algo que ocurre en todas las ciudades; el árbol es un ser vivo, sometido a un ambiente que no siempre favorece su salud, y con una vida concreta. La tala de algunos ejemplares no tiene por qué ser un problema si se hace de manera estudiada y siendo personal completamente cualificado quien toma las decisiones.   A veces incluso se antepone la seguridad ciudadana, ante el peligro de caídas que pueden provocar graves accidentes.  Otra cosa es que se talen indiscriminadamente y no se repongan, que también ha ocurrido.
Las raíces que levantan aceras y asfaltos suele ser un problema, efectivamente, de difícil solución.  Personalmente no le daría mayor importancia, salvo la absolutamente necesaria a la hora de proyectar qué tipo de especie es la adecuada para cada sitio, teniendo en cuenta no sólo el desarrollo aéreo, sino también el desarrollo radicular. Y esto es algo que parece tampoco se ha tenido en cuenta siempre.        


E.- Está claro que nuestro ayuntamiento apuesta por las palmeras frente a otro tipo de arbolado ¿Lo consideras lógico?

M.- Tiene la lógica de lo fácil…  Sobre todo, un tipo de palmera que no es atacado por esa plaga de Picudo Rojo que ha acabado con miles de palmeras Canariensis y Datileras en todo el mediterráneo. Son palmeras de crecimiento rápido la palmera Whasingtonia, cuyas raíces no provocan levantamiento de aceras y asfaltos, vistosas, y que no dan problemas, cuyo mantenimiento se limita a la poda una vez al año.   
   

E.- Otra pregunta es acerca de las casas que hay entre José María de Lapuerta y B° Peral, con las moreras de las aceras: la gente protesta por las moras que caen, que ensucian y hacen resbalar.

M.- Existen moreras que no dan fruto,  idóneas para zonas urbanas.  Esto es algo que antes no se tenía en cuenta, no obstante puede solucionarse siendo injertadas, ya se ha hecho con éxito en otras ciudades. Para ello el Ayuntamiento tiene que tener voluntad de hacerlo…

E.- ¿Y qué puedes decirnos sobre los proyectos de corredores verdes urbanos para trabajar contra el cambio climático?

M.- Pues que ojalá este Ayuntamiento se tomara lo suficientemente en serio el desarrollo de estos corredores con vistas a un futuro más verde para nuestra ciudad.  Las ciudades del futuro más cercano tienen que contar con ellos, para ofrecer calidad de vida a sus ciudadanos y contribuir a compensar el impacto negativo de la polución en el medio ambiente. Las plantas son los organismos vivos que limpian nuestras miserias…  Y no lo estamos tomando con la suficiente importancia y seriedad. 


E.- Para una planificación de los espacios verdes urbanos, en el término municipal de Cartagena, ¿qué tipo de arbolado, de arbustos, de flores, considerarías apropiado?

M.- Por supuesto, la vegetación mediterránea, que tiene una gran riqueza vegetal, que además de pinos, acacias, olivos, moreras, quercus, jacarandas, aladiernos, laurel,  lentiscos, madroños, sabinas, aromáticas, adelfas,  jaras, buganvillas..., podemos utilizar plantas crasas, de escasas necesidades hídricas.    A veces se trata de innovar introduciendo variedades, pero no algunas que aquí es imposible que funcionen, como haber puesto Ginkgo Biloba en la Plaza de España… Están tal cual se plantaron cuando se reformó la plaza, malviviendo y con aspecto denigrante.    
Hay una cosa que también los ciudadanos tienen que aprender, y es que la arboleda ensucia las aceras: con hojas, con flores…   No podemos estar quejándonos de que la acera se nos llena de hojas, o que una jacaranda o una tipuana nos la ensucia cuando le cae la flor, o un pino cuando suelta la pinaza. He escuchado estas quejas continuamente, y no tiene sentido.  Es el propio ciudadano el que a veces no valora la importancia de tener un árbol enfrente de su casa, porque ensucia, y es inviable mantener impoluta la ciudad, libre de restos vegetales naturales que dependiendo de cada época será más molesto o menos. También hay que aprender a convivir con estos inconvenientes, siempre y cuando no sea dejadez de los servicios municipales, evidentemente. 



E.- ¿Qué propuestas de actividades se te ocurren para llevar a cabo en colegios y asociaciones de vecinos, para concienciar y colaborar en la puesta en marcha de una Cartagena verde?

M.- Además del “amor al verde”, a través de actividades que les lleven a conocer de primera mano las diferentes especies: cómo funcionan, transmitirles la vida de un jardín o un parque, mostrándoles los cambios estacionales, crecimiento, comportamiento, necesidades, etc…,  con rutas verdes urbanas, las actividades de plantación son inequívocamente muy eficaces.  Cuando plantas un árbol, ese árbol va a ser para ti siempre.   He visto niños y niñas que lo sienten como algo suyo después de haber hecho el trabajo de plantación.   También es necesaria una labor de concienciación del cuidado.  Son seres vivos que sufren las agresiones.  Sigue existiendo mucho vandalismo, muy poco respeto por esos seres vivos verdes que necesitamos para mantener la vida.  Y especialmente, una de las actividades que yo haría de manera continuada es la recogida de residuos no orgánicos…   Tenemos un problema enorme de abandono en zonas verdes de botellas, plásticos de todo tipo, papeles, cartones y demás, que se tiran sin miramiento y sin conciencia alguna.
Todo esto, creo, tendría que abordarse desde los centros escolares. Hay que educar para mantener una relación de absoluto respeto con el medio ambiente.

E.- Pues podríamos preguntarte muchas cosas más, pero creo que podemos esperar a una segunda ocasión, porque solamente con lo que nos has dicho hoy, ya tenemos materia suficiente para la reflexión. Muchas gracias Mar, por tu colaboración, y felicidades por la inmensa suerte que tienes por poder trabajar en algo que te apasiona.

*Las fotos utilizadas para ilustrar esta entrevista pertenecen a la colección de Equo Cartagena y a la colección privada de Pepa Martínez.


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