Tras la publicación de la entrevista con Francisco Ruiz
Salmerón, profesor tutor del grupo de alumnos/as de La Asomada que llevó a cabo
el trabajo “El
Mar Menor de los niños/as”, procedía haber profundizado sobre
ese proyecto, sobre las propuestas que esos chavales y chavalas de Primaria
planteaban para salvar el Mar Menor. Pero algo ocurrió que hizo que retrasáramos la publicación: La DANA del día 12 de septiembre fue el detonante para descubrirnos que nuestra albufera estaba mucho peor de lo que pensábamos; la enfermedad había llegado a unos grados terribles de gravedad, y a lo largo de estas semanas hemos asistido, con enorme sensación de impotencia, al descubrimiento de una dolencia cuyos síntomas habían permanecido bastante enmascarados y se han manifestado, a lo largo de más de un mes, en toda su crudeza.
El Mar Menor se muere ¿Qué podemos hacer para salvarlo?
¿Serían viables las propuestas de salvación hechas por
estas criaturas? ¿O
está, por el contrario, todo perdido?
La finalidad de este blog no es denunciar, sino dar a
conocer propuestas en positivo. Por eso hemos
permanecido en silencio durante
este tiempo, porque no queríamos dejarnos llevar por el desánimo a la hora de
redactar este artículo. Es por esta razón por lo que nos vamos a quedar con lo mucho de positivo que de estas tristes jornadas podemos sacar.
I: Solidaridad: La inestimable lección de solidaridad que
hemos recibido por
parte de bomberos, personal de Protección Civil, vecinos y
vecinas que se han volcado en ayudar a las personas afectadas, e incluso a los
animales que habían quedado atrapados en lugares de difícil acceso; jóvenes que tras su jornada de estudio o de trabajo acudieron a las localidades más perjudicadas por la avalancha de barro para limpiar los efectos de la riada, y que permanecieron trabajando hasta la extenuación mientras mostraban su cara más amable y animosa; familias generosas que se volcaron en proporcionar alimentos, ropas o enseres a quienes lo habían perdido casi todo; personas que ofrecieron sus vehículos para transportar las donaciones; voluntarios y voluntarias que acudieron a preparar comidas para afectados/as o para voluntarios/as que se encontraban trabajando en las labores de rescate o limpieza y recuperación.
II: Toma de conciencia: Cuánta gente que hasta ahora había
permanecido escéptica ante las denuncias de ecologistas y otros grupos sociales
ha sido consciente, ante la magnitud del
desastre, de la nada alarmista
realidad de los vaticinios; es triste, muy triste, que haya tenido que ser a
consecuencia de esta tan enorme desgracia, pero también sabemos que hay quien
continúa, aún hoy, negándose a aceptar la evidencia de que todo ha sido consecuencia de una mala gestión; por eso, bienvenidas sean quienes han rectificado su pensamiento respecto a la situación de emergencia, porque esta toma de conciencia se está traduciendo, lo vemos día a día, en una postura positiva, en una disposición hacia la acción.
III: Unidad: La unidad se ha manifestado como consecuencia
de la afinidad ante lo común de nuestra desgracia. El Mar Menor es nuestro, de
toda la ciudadanía, no es propiedad de unas cuantas, y su salvación es cosa de
todos, es cosa de todas. Esto quedó patente en la multitudinaria asamblea a la
que se nos convocó a través de la
Federación de Asociaciones de Vecinos de
Cartagena y Comarca, que registró una masiva asistencia que desbordó totalmente
las previsiones. Hay que defender nuestra laguna, y tenemos que defenderla
entre todas: fue ésa la postura unánime de la asamblea, una asamblea ciudadana
que se articuló en diferentes comisiones de trabajo para llevar a cabo cuantas acciones se precisen hasta que las distintas administraciones, de una vez por todas, se dispongan a acometer las tareas de salvación del Mar Menor.
La manifestación del día 30 de octubre no será el fin, será
el principio de las acciones,
unas acciones de fuerza que continuaremos, una
presión que ejerceremos sobre la administración regional y sobre las locales,
sobre el estado central y sobre los poderes legislativo y judicial hasta
conseguir nuestro objetivo: la salvación del Mar Menor.
Otro día volveremos a ocupar estas páginas
con las
propuestas de acciones que unos niños y niñas, concienciados con la
responsabilidad que todas tenemos hacia nuestro medio, han planteado; hoy, vamos
a quedarnos solamente con esta triple enseñanza que hemos recibido:
solidaridad, toma de conciencia y unidad de acción.
Y sobre todo, no lo olvidemos: #FuturoSeEscribeConVerde.